Nuestra casa
Esta humilde casa fue construida con las manos de un armador de barco de pesca que precisaba ver el mar como el respirar para vivir. La Marisol no era otra cosa que el lugar de descanso durante más de 25 años de un lobo de mar, en la que disfrutar de la familia y de sus momentos más íntimos cuando la faena le daba un respiro.
Lo más importante no es la casa en sí misma, sino la desconexión que proporciona a cualquiera que se aloje en ella, con el acompañamiento del sonido de las aves que sobrevuelan la zona, la brisa y el mar. Podréis disfrutar de unas magníficas vistas a la entrada de la Ría de Arousa, con la isla de Ons al frente de vuestra vista y con la isla de Sálvora por estribor como testimonio fiel de un enclave privilegiado.
Para desconectar
Además de poder ir a las playas de Area Secada o de A Meixida, a escasos minutos a pie de La Marisol, nuestra casa es también un espacio perfecto para desconectar. Aquí podréis sentaros en el jardín superior trasero, con una buena taza de café o lo que se tercie, a disfrutar de atardeceres como nunca habréis visto. Estaréis al resguardo del nordés, viendo cómo llegan los barcos a uno de los puertos de pesca de bajura más importantes de Europa, o contemplando cómo los veleros se dejan llevar escorados por el viento, como una estampa bucólica de que la vida merece ser vivida plenamente en este lugar.